A un dios menor

  Ganaste..

  Lo supe desde el mismo instante
en el que me di cuenta que nunca 
le inspiré ninguna letra.
  
  Dudé cuando lo intentó
y me quedé colgada de eso
como de una débil cuerda suspendida
en el vacío ,
con todo aquel abismo que se abría
bajo mis pies,sabiendo,
que ya era muy tarde para volver
y que era imposible seguir sin el.

  Así que,
solo me quedaba 
la opción de la resignación,
de saber,
que al final de mis fuerzas caería
y que no había nada al fondo,
ninguna red,
ninguna cama acolchada de nubes
que absorbiera el impacto brutal
cuando llegara al fondo,
al fondo de todo,
del todo.

  Luché,oh si!,
me resistí con uñas y dientes 
y me aferraba,
me aferraba,
con la desesperación que solo aparece
con el miedo a la muerte,
a la inexistencia,
a la certeza de que iba a desaparecer
y a ser un olvido tan inmenso
como inapreciable,
un agujero negro rellenado
con copas de vino golosas
y cientos de otras,
y miles de otras..
que me perdería entre un millón
de imágenes inconexas,
inconclusas,
entre retazos de nada,
entre lo que no merece la pena
y lo que no importa.

  Me aferré.
  Y entre mas me aferraba mas desgastaba
la débil cuerda que yo creía
que estaba ahí,
sujetándome a el..

  Y ahora,
después de caer tanto,
durante tanto,
estrellada en el suelo,
mirando el cielo,
con sangre en la boca
y las costillas rotas
y todo mi cuerpo desmadejado,
aniquilado,
con mis pulmones o sus restos
peleando por una bocanada 
de aire mas..
ya no se..
si había cuerda o la imaginé,
si me rendí o la desgasté..
lo que si sé,
es que desde aquí no se ve bien
por que está tan alta,
tan altísima la cima donde subí..

  Sonrío..
como las cabras subí!
a la carrera!
entusiasmada!
dejando llamas detrás de mi..

  Cómo voy a ver....

  Mis ojos se empañan...

  La oscuridad está viniendo...