Que hermoso era..

  Puede que no vuelvan
los tiempos del fuego,
no para mi,
y no por miedo,
por que el miedo Es
y yo he saltado 
a pesar de no ver
el fondo de los abismos.
  No.
  Puede que mi tiempo
haya pasado,
que se haya extinguido
la fuente de mi Todo,
que toque mi piel
y solo habite el no sentir.

  Pero mira...

  Que hermoso era..
cerrar los ojos y verte,
abrir los ojos y verte,
como si en mi imaginación
no hubiera inviernos
que dejaran caer de mis ramas
todas tus instantáneas.
  Que hermoso era
el fuego ardiendo lento
desde la planta de los pies
hasta estallar en llamas
por mis ojos y mi boca
como si yo fuera
un volcán casi extinto
que resurgiera de su nada
para abrasar tu alma.
  Que hermoso era..
tanto el afán incansable
de lamer tus orillas
como el alzarme espumeante
para estrellarme contra tus rocas..

  Se
que cada centímetro de mi
es un cristal de hielo,
estrellas infinitesimales
de mil formas y puntas afiladas;
que tengo otra estructura
que el dolor pule y afina
mientras resbalan moribundas
las gotas de mi sangre.
  Se
que miraré el mundo
desde mis ojos blancos,
que llenaré de candados
mis habitaciones,
que volveré a tener mi Yo
para mi sola,
que pasearé por mis estancias,
donde tu rostro 
cuelga en mis paredes,
esperando a que el tiempo
empañe los cristales
tras los que me mira
tu retrato.

  Por que no quiero verte..

  No desde el hielo..

  Por que rezo
para que nunca hayas existido.

  Pero que hermoso era..
  Ser fuego..
 ser mar..
ser tormenta..
que hermoso era el salto,
el instante en el que creía
que volaría contigo.
  Nadie estuvo
tan por encima de las nubes
como yo cuando creía
que me amabas,
cuando mis alas remontaban
las corrientes de tu aliento,
cuando el único miedo
se llamaba Desafío
y la única dirección era
hacia arriba
y la única pregunta era
hasta donde
y la velocidad nos hacía
entrecerrar los ojos.

  Que hermoso era.