En un agujero hondo
esperando y rezando
para que no dé nada,
aunque en el fondo sé
que quizá prenda,
como la inagotable ortiga
o como hierba mala.
Miraré atrás un día
y donde puse mi cruz
habrá un árbol inmenso
habrá un árbol inmenso
de interminable sombra,
con hojas de espinas
y madera oscura y áspera.
Centenares de cuervos
y al pie,entre las raíces
no crecerá nada.
En primaveras negras
dará frutos jugosos
de aterciopelada carne
y espesa sangre roja
el hambre...
el hambre...
los devoraré ansiosa,
dejando que esa sangre
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