Todos mis minutos bailan contigo
una danza extraña,
se aferran a ti resbalando
por las gotas de tu corazón helado.
Te abrigabas del frío
con el calor de mis lágrimas,
aquellas que morían en las puertas
al contacto con el aire
que exhalaba tu nariz,
y en cada estoy bien
que yo tejía
y que tu te ponías de bufanda
yo me dejaba la piel..
incluso sonreía..
y la mueca hacía daño
en algún lugar profundo.
Me reduje a una nube de sueños
en los que tu
besabas la palma de mis manos..
pero mis ojos nunca entraron en los tuyos
mas allá de la pared de tus pupilas,
y tus ojos..cobardes..
se apartaban de las mías
para no sentir los gritos del dolor
que mantenía encadenado
en el sótano de mi cordura.
Me fui..por que no soportaba
pensar que te marcharas,
huyendo de la lástima que mi amor
te provocaba,
y ahora estoy aquí
en el otro lado de las cosas,
en el margen reducido del libreto
donde esperaba escribir
nuestras canciones.
Soy el fantasma quieto
que se mantiene en pie a pesar
de la velocidad en que la vida pasa,
rozando a penas mi estructura,
soñando cada noche
en mi sinfín de noches
que tu besas la palma de mis manos.
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